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George Mason celebrando el pase a la F4 del 2006 | vía The Mason Gazzete
Esto nos da la vida. Como a veces te piensas que te la va a quitar. Siempre que llega el mes de marzo, las hormonas se me empiezan a revolucionar, y no por amores de primavera. Bueno, no os miento. Amor hacía el baloncesto colegial. Noches, muchas noches vividas donde equipos sin aparentemente opciones de hacer un buen papel (como si fuese malo para ellas hasta llegar a el March Madness). Sin embargo, el destino nos tiene preparados unos regalos los cuales estaremos eternamente agradecidos. Las Cinderellas.

Portada del NY Daily Sports News
Todo esto comenzó, y se empezó a poner de moda a partir del año 2006 donde una universidad muy pequeña como eran los Patriots de George Mason, una universidad que es una potencia en deportes como el béisbol o el softball (béisbol femenino), hizo una de las grandes proezas. Algo, prácticamente inimaginable para los equipos de la época, y que por suerte o por desgracia, marcó una tendencia.

Después de una temporada, donde George Mason solo se habia enfrentado a dos equipos rankeados dentro del Top 25, como eran Hofstra y James Madison (como ha cambiado la película), y ambos con el #25. Sin embargo era un equipo que había hecho una temporada regular muy respetable, cosechando solamente un total de 6 derrotas más la derrota de la semifinal del torneo de conferencia de la CAA, ante la misma Hofstra por 58-49. 7 derrotas, que  le valieron a los jueces del Selection Sunday para darle el seed #11 y tener que enfrentarse a Michigan State Spartans, los cuales derrotaron sin demasiadas complicaciones con una renta de 10 puntos donde Folarin Campnell anotó 21 puntos (jugador que si no estoy mal informado está jugando en la Lega Due). Unos Spartans que habian hecho una temporada tremendamente mala sobretodo en el calendario de conferencia. 

En la segunda se enfrentaban a uno de los historicos de la NCAA como North Carolina Tar Heels. Esos Tar Heels de Roy Williams que llegaban de hacer una temporada de más a menos, donde fueron eliminados por los Eagles de Boston College en el torneo de conferencia de la ACC disputado como es habitual en la pista de Greensboro. Fue un partido, para los Patriots de George Mason muy complicado. Un equipo donde había estrellas emergentes dentro de la misma plantilla como Tyler Hansbrough o Danny Green, jugadores que estaban en su primer año en la NCAA y que en el 2009 iban a conseguir el último titulo ganado por los de Chapel Hill. El partido empezó muy favorable para el equipo que vestía de blanco, los Tar Heels, con un parcial de 16-2, pero que con el descaro y el juego poco vistoso (tampoco nos vamos a engañar, repito) de los Patriots, fueron recortando poco a poco la distancia en el marcador, importado muy poco irse 20-27 abajo al descanso, porque un parcial de 14-3 en apenas los 3 primeros minutos de la reanudación, harían que el equipo de Jim Larrañaga cogiese la cabeza en el marcador y no la dejase hasta el termino del partido. Excelente juego, táctico, el de ellos tapando muy bien al que era el gran armamento de los de Roy Williams, el tiro de tres y el juego interior uno para uno con Tyler Hansbrough y David Noel. Sin embargo no todo era coser y cantar, como podría reflejar la historia e incluso el marcador. Era un equipo muy trabajado el de North Carolina, y que sabía que habia que tapar todos los huecos, sobretodo en penetración. Incluso se llegaron a poner por delante quedando algo menos de 6 minutos, pero la hazaña se consagró cuando George Mason empezó a anotar absolutamente todo desde el triple con unas actuaciones espectaculares, estelares, y ¿por qué no?, históricas, de Lamar Butler, y el mismo que antes, Folarin Campnell. Hazaña en forma de 45 puntos en la segunda parte (en uno de los mejores partidos que recuerdo en el Madness, y no sé los motivos). Final del partido, 65-60, próxima parada, Sweet Sixteen. Acompañante de vuelo:  los Shockers.

Foto de ESP
Esta vez la pelicula había cambiado mucho. Esta vez eran los Patriots los que tomaban la delantera en Washington, en el pabellón de Georgetown Hoyas. Unos triples consecutivos de Jai Lewis y de Lamar Butler, pusieron la directa en el marcador con una diferencia de 11-0, pero que se iba a ver recortada poco a poco en el paso de los minutos. Pero el juego que estaba desplegando el equipo de Jim Larrañaga estaba siendo espectacular, empujado por toda la confianza del publico y de la prensa depositada en ellos. Una primera parte espectacular, imparables, como si Wichita State aún no hubiese salido aún del vestuario y  nos fuimos al descaso con un parcial de 35-19 para los de verde.

Apunto de que un Seed número 11 se metiese en un Elite Eight donde les iba a esperar uno de los mejores equipos de la nación. Un equipo espectacular, Connecticut Huskies. En la segunda parte, los Shockers empezaron a luchar mucho más los rebotes y a jugar un juego más parado, que es donde la defensa de George Mason, y empezaron a recortar la distancia por momentos cortos y aislados ya que George Mason daba la apariencia que cuando podía apretar un poquito más el acelerador, se iba fácilmente en el marcador. Estaba 'jugando' con el rival aunque siempre con respeto. Al final, en los ultimos 5 partidos, empezaron a reservar jugador haciendo así que Wichita State 'maquille' considerablemente el marcador. Tampoco es mal augurio llegar a un Sweet 16 para un cabeza de serie número 7. No está nada, nada mal. Final del partido, 63-55 y al Elite Eight, ante Connecticut Huskies.

ESPN America
Connecticut Huskies. Asustaba. Primer seed #1 que se iba a enfrentar a George Mason. Un equipo, que más que eso es un bloque muy sólido con Rudy Gay como principal estrella. Pero que sin embargo tenía un bloque, como digo, muy sólido con Rashad Andersn, Marcus Williams, Denham Brown, Josh Boone, Hilton Armstrong e incluso también Jeff Adrien. Menudo equipazo. Un equipo que había llegado ahí 3 veces en los ultimos 5 años. Hazaña.

El partido comenzó con una enorme defensa de Connecticut, pero que poco a poco se fue deshaciendo con un equipo mucho más maduro que en la del partido frente a Michigan State. Pese a la diferencia de marcador al principio,  George Mason fue bajando el culo en defensa y cada vez más, y empezaron a mejorar sus porcentajes quitando sus problemas para anotar, ya que era un equipo que pese a tener mucho talento, como equipo tenía muchas carencias. Corazón antes que calidad y empate en el marcador a falta de 6 minutos para el descanso. Lo típico, un equipo pequeño impulsado por las circunstancias y el grande, 'cagado' literalmente, por la situación. Sin embargo, George Mason pagó el ser novato relajándose muchísimo a falta de dos minutos para el tiempo de descanso, cediendo 12 puntos en los 120 segundos anteriormente mencionados. Pasó el partido de una desventaja de 2 puntos, a una desventaja de 9 tantos.

En la segunda parte tuvieron que hacer otra hazaña como tuviesen que hacer en el partido de North Carolina Tar Heels. A la remontada y con el río cuesta arriba. Con la corriente en contra. El único hueco, la única vía de escape de esa situación tan complicada. La defensa pasó a ser muy agresiva, porque había que hacer que no anotasen más de 60 puntos. Con los problemas de anotación que habían tenido durante toda la temporada y también durante el campeonato, si se iban a mar de 60-65 puntos, iba a ser imposible de ganar, a no ser que se pusiesen a anotar como en el partido ante los Tar Heels. Y eso hicieron, y a falta de 12 minutos para el final del encuentro estaban empatados a 49 tantos cada uno de los equipo, y el juego a la Final Four de Indianapolis seguía en el aire. Un minuto más tarde, un triple de Tony Skinn puso a los Atriots un punto por encima en el marcador, y una jugada más tarde, Lamar Butler anotó un triple con falta adicional (falta por cierto, de Jeff Adrien) hizo que se pusiesen 3 puntos por encima en el marcador siendo la mayor ventaja para los de Jim Larrañaga hasta el momento. Y aún quedaban 10 minutos de encuentro, que maravilla de partido. Largo intercambio de canastas entre un equipo y otro que hizo que se disparasen los números en el marcador, pero a George Mason tampoco le venía mal un partido loco, como los otros 3 partidos de March Madness. Pólvora. Pólvora lo que tenía en el exterior los Patriots los cuales había hecho 6 de 7 en tiros de tres puntos a falta de 3 minutos para el final del partido, y 4 arriba los de Jim Larrañaga.

Empezaron a predominar las defensas en estos últimos ataques. El corazón de los Huskies se vio encogido cuando George Mason tiró un contraataque rápido a falta de 50 segundos cuando Jeff Adrien taponó el intento de mate de Lamar Butler ocasionando el contraaque de Marcus Williams, con canasta adicional. Uno abajo Connecticut Huskies en un partido que estaba siendo una maravilla. Una gozada. Un espectáculo. Bola de UConn que la perdió a manos de Lamar Butler que quería ser el protagonista del partido y anotó los dos tiros libres. 4 arriba a falta de 17.6 segundos.  Mismos protagonistas porque Marcus Williams anotó una canasta en penetración a falta de 7 segundos y poner a UConn 2 abajo, aún así parecía imposible. ¿Próximo jugador en salir a escena? Tony Skinn tenía One-And-One a falta de 5.5 segundos y la presión pudo con él y lo falló, y Denham Brown anotó la canasta del empate con muchísimo suspense después de rebotar tres veces en el aro. Elite Eight. Había prórroga señores.

Foto de 'awesomedc'
Normalmente cuando te quitan una victoria tan 'fácil', o una victoria que tienes prácticamente en la mano, en la prórroga están destrozado psicológicamente. Sin embargo, ser el primer equipo en ponerse por delante en la prórroga le dio muchísima confianza. El miedo también se apoderó de los del mítico entrenador de Connecticut Huskies, y uno de los mejores entrenadores de la historia del baloncesto colegial, Jim Calhoun, y el descargo de los Patriots hizo que ganasen la prorroga y ganarse el primer paso de la historia de su universidad a una Final Four.

No fue nada fácil. Ni si quiera no tuvieron que pelearlo. Incluso, durante 45 minutos de partido donde tuvieron que pelear contra corriente, donde tuvieron que pasar por una prórroga, y 'perder' un partido que tenían ganado sobre la bocina, no hizo que el equipo de Jim Larrañaga con un seed #11, no pudiese pasar a una Final Four que será recordada por el pedazo de March Madness, el pedazo de torneo final que se marcó un pequeño equipo llamado George Mason y que estaba situado en Fairfax, un condado de 23000 habitantes.

Después de esto, vinieron VCU y Butler, y este año han venido Wichita State, Florida Gulf Coast, Harvard y La Salle. Este equipo no ganó la NCAA, porque perdió ante Florida Gators que después sería la vencedora, pero los otros tampoco. Parece que la historia se repite, y se repetirá. Te quiero, March Madness.

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