Era de esperar un nuevo movimiento de Danny Ainge, ante la inminente vuelta de Rondo. Jordan Crawford, el jugador que estaba actuando de base era codiciado por varios GMs NBA, siendo una buena moneda de cambio para los Celtics...moneda que, al parecer, se acaba de tirar a la basura. El traspaso ha sido el siguiente:
GOLDEN STATE recibe a Jordan Crawford y MarShon Brooks, procedentes de Boston. Sin duda, los grandes ganadores del trade. Uno de los mejores guards de banquillo, para echarle una mano al sobrecargado Steph Curry. Brooks, un jugador muy aprovechable si se le dan minutos, no ha tenido opciones en Boston.
MIAMI recibe a Toney Douglas, procedente de Golden State. Un base que cobra 2 millones y acaba contrato, y esa parece ser la mejor noticia para los de Florida. Aun así, ganan más de lo que pierden.
BOSTON recibe a Joel Anthony, procedente de Miami. Aunque parezca mentira, cobra casi 4 millones por jugar al baloncesto. Y lo que es peor, tiene derecho a cobrarlos si él quiere durante la próxima temporada también. Se recibe un pick de primera ronda de Philadelphia que puede convertirse en dos de segunda ronda si los Sixers no entran en Play-Offs ni este año ni el que viene, lo que parece factible. Esto, a cambio del que estaba siendo el mejor de los Celtics.
Golden State gana, Miami menos pero también, dado que se libran de Anthony. Pero...¿y Boston? ¿Qué ha buscado Ainge con esto? Para empezar, proseguir con el tanking y la reconstrucción, garantizarle el puesto a Rondo de cara a su posible renovación en 2015. Supongo que estará trabajando en otro traspaso, puesto que los contratos multianuales ruinosos de Brandon Bass y Gerald Wallace son los siguientes objetivos a colocar. Quizá las rondas de Draft acumuladas puedan servir como señuelo para atraer a algún equipo. Desde luego, hace falta una vuelta de tuerca a la situación para que este traspaso sea positivo, o al menos, comprensible.
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