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Muchos, ya sabréis por donde voy. Voy a poneros en situación. Temporada 2006-2007. Golden State. Dallas. Simplemente, y bajo ninguna discusión, la mejor serie de Playoffs en la historia.

Los de Oakland llegaban a la post-temporada, a los playoffs, después de estar 12 años sin poder llegar hasta allí, desde la temporada 1993-1994 donde cayeron en primera ronda después de una muy buena temporada regular. Sobretodo se respiraba aire fresco, y ¿por qué no?, algo de esperanzas en los aficionados de los Warriors. En frente iban a tener un equipo completísimo, un equipo que había ganado 61 partidos en liga regular. Dallas Mavericks. Sin embargo, los de Don Nelson iban a competir desde el primer minuto y hasta el último segundo para poder hacer la machada. Que un cabeza de serie número 8 le gane una serie a un cabeza de serie número 1. Seed #8 ante Seed #1.

Los Golden State Warriors de ese año eran un equipo muy descarado. Con jugadores de gran calidad, pero que nunca han sido famosos por ser los más trabajadores, o simplemente los que tienen la cabeza mejor asentada sobre los hombros. Eso sí, con un quinteto titular espectacular con Baron Davis, un jovencísimo Monta Ellis, Jason Richardson, Stephen Jackson y Al Harrington. Equipazo espectacular donde todos promediaban ese año más de 16 puntos por encuentro. Enfrente, como ya comentaba, Dallas Mavericks con un quinteto muy serio formado por Jason Terry, Devin Harris, Dirk Nowitzki, Josh Howard y Devean George. 

No era nada fácil ese partido en tierra hostil para los Warriors. El American Airlines Arena daba la bienvenida a una temporada de playoffs que prometía ser espectacular. En la grada también el propietario de la franquicia tejana, el multimillonario Mark Cuban, que después iba a tener unos segundos de protagonismo. Sin embargo, los Warriors al ver que posiblemente podían quedarse sin Playoffs en la parte final de  temporada, apretaron los machos anotando en los últimos 10 partidos de temporada regular anotando una media de 115 puntos en cada uno de ellos y perdiendo solamente uno, ante San Antonio Spurs. Lo curioso es que fue el único partido de los 10 que no pasaron de los 100 puntos. Pero ya nada vale. Esto son los Playoffs. Bienvenidos al infierno.


El primer partido no fue nada fácil para nadie. Unos mucho que perder, y otros nada (creo que no hace falta decir quienes). Los Warriors no eran un gran equipo defensivamente, pero en ataque eran prácticamente imparables por el descaro que tenían. Dallas, como comentaba antes, un bloque muy sólido cuyos líderes eran los jugadores interiores. El primer partido pese a que comenzó a favor de los Dallas Mavericks con un juego arrollador, daba muestras de una gran capacidad de dar guerra estos Warriors. De hecho, pronto le dieron la vuelta al marcador por medio de un espectacular Baron Davis, que en ese tiempo era uno de los mejores bases de la liga. Un jugador espectacular, y que si él quería, imparable. El partido siguió muy igualado hasta los momentos finales donde un tapón increíble al contraataque de Jason Richardson sobre Devin Harris, dejándo a este lesionado en el suelo varios minutos del hombro, encendió a la grada. Eso, y que a la misma jugada Matt Barnes anotaba un triple para poner a los Warriors 8 arriba a falta de solamente 2 minutos y 10 segundos. Los Warriors se marchaban debido a una grandísima defensa en los últimos 5 minutos de partido, que impidió que Dallas Mavericks no anotase ni una canasta en el tiempo restante de partido. Mark Cuban montando su numerito tirando un vaso de soda al suelo. Ahí se acabaría el partido, pero continuaría el espectáculo de Baron Davis. Salta la sorpresa en el American Airlines Arena de Dallas, Texas. Los Warriors se ponen 1-1.

En el segundo partido, poco hay que hablar de él. Pasó lo que tenía que pasar. Dallas Mavericks, bueno, Jason Terry haciendo una defensa espectacular a Baron Davis que le hizo quedarse en 13 puntos, aunque fuese porque acabó expulsado por los árbitros al final de 3º cuarto por aplaudir irónicamente una decisión polémica a su contra. Por primera vez no pasaba de los 15 puntos en playoffs desde que New Orleans Hornets fuese eliminado en 2004 por Miami Heat, y de eso hacía ya mucho tiempo. Stephen Jackson y Monta Ellis, esta vez no sirvieron para poder ganar a Dallas Mavericks, era imposible de ganar ese partido. Dirk Nowitzki estuvo intratable en los momentos finales de partido. Josh Howard también quiso tener sus momentos de gloria. Esta vez no hubo sorpresa y Mark Cuban pudo dormir (acompañado de quien él quisiese, y solamente él sabe) totalmente tranquilo. Tocaban 2 partidos en Oakland, y no le iban a recibir con las manos abiertas precisamente. Adiós infierno. Hola Oakland, y no sé que es peor. 


Pocos, muy pocos ambientes como el de esa noche he podido ver a través de un monitor. Y eso que estoy acostumbrado a vivir realmente increíbles en mi adorada liga universitaria, pero jamás, nada comparado con lo que se vivió esa noche en el Oracle Arena de Oakland, California. Y para no ir más lejos, a los dos minutos de juego se conectó una alley-oops entre Jason Richardson (que parecía querer estar en todas las jugadas espectaculares de la serie) y Monta Ellis, poniendo por primera vez en el marcador, por delante a los locales. Los espectadores, estallaron de júbilo al ver semejante jugada. Oakland volvía a estar por delante en la eliminatoria ante el mejor equipo del año regular en el Oeste, Dallas Mavericks. Y por si fuese poco, 12 años después de estar por última vez en los Playoffs. 

Los Warriors estaban en su salsa. Bola para Andris Biedrins, para adentro. Bola para Monta Ellis, para adentro. ¿Qué alguien la fallaba? Ya estaban por ahí Jason Richardson o Stephen Jackson y... ¿Ya sabéis el desenlace de esa jugada, no? Para adentro. 

Eran imparables. Bueno, no lo eran, pero lo parecían. Por cierto, ¿no se me olvida un jugador?. Sé que lo estáis pensando. Baron Davis también estaba imparable esa noche en Oakland. Nada podía salir mal, nada podía acabar en algo que no fuese la victoria y el 2 a 1 en la eliminatoria. Estallido de la grada en cada canasta local (y no eran pocas, no). Una entrada acabada en mate. Una entrada acabada en bandeja. Un tiro de media distancia. Un triple. Hoy el aro era una piscina, hoy entraba todo. Y todo sin olvidar el gran trabajo defensivo de los locales que pese a que no eran especialistas en ello, estaban dando todo. Estaban yendo a morder en cada jugada. Personalmente, la mejor primera parte que he visto en mi vida, corta vida por cierto, de baloncesto.

Y la segunda parte no debía ser menos, la segunda parte más de lo mismo. Unos jugando como los ángeles, y otros hundiéndose poco a poco (y cada vez más en la miseria). ''Trágame tierra'' tuvo que pensar más de uno cuando vieron a aquellas 19,596 personas disfrutando con el juego. A su pesar, con el juego del rival. 20000 personas llevando en volandas a los 5 jugadores de blanco con el nombre en el pecho de Guerreros para que se pusiesen 20 arriba, con unas actuaciones para guardar en el recuerdo de Baron Davis, Monta Ellis y Jason Richardson. A los Mavericks les tocó rendirse y enfilar el camino hacia el vestuario antes de que se acabase el partido, unos segundos antes de tocar la bocina.

Dos días después, la historia volvía a repetirse. Sin embargo, como pasase en el primer partido, Dallas Mavericks empezó enchufadísimo con un gran Dirk Nowitzki. Los Warriors encajaron un parcial de 10 puntos muy pronto y, al parecer el Oracle Arena como que se enmudeció por un instante. Solamente pudo volver a ponerlo en pie un fantástico pase sin mirar de Stephen Jackson con giro, cual 'Mira quien baila, incluido un pase que pasará a la historia. O no. Pero es un pase espectacular que ya ha repetido alguna que otra vez en San Antonio Spurs. Los Warriors se iban acercando poco a poco en el marcador, porque era complicado penetrar la defensa tajana como hiciesen hace apenas 48 horas. Poco a poco, y paso a paso se consiguen las victorias. Hay que ganar en el partido en el último cuarto, no en el descanso. Pero antes de irse al descanso hay que jugar todos los segundos del segundo cuarto, y Baron Davis sobre la bocina anotó una canasta desde la mitad de cancha provocando la euforia ensordecedora de la grada durante largos minutos, mientras las pantallas gigantes repartidas por todo el estadio, enfocaban al hombre de la noche hasta el momento. Baron Davis. Al descanso empate a 49.

La super modelo mundial, Jessica Alba, disfrutando de los Guerreros. 

En la segunda parte, una larga racha anotadora de uno y otro equipo hicieron que nos fuésemos al ultimo cuarto con empate a 77 y con todo por decidir. Sin embargo, al principio de cuarto decisivo, Dallas jugó mucho mejor colocándose 6 arriba obligando a Don Nelson a pedir tiempo muerto. A partir de ahí, galones, medallas y diplomas a Stephen Jackson y Jason Richardson para la posible remontada. Y no defraudaron. A base de triples, triples, y más triples le dieron la vuelta al marcador a falta de solamente 2 minutos y medios para el final del encuentro. A partir de aquí, tiempo muerto de Avery Johnson y decisión polémica ante ello. Coloca una Zona Press 2-1-2 a la que responde Biedrins con un mate y tiro adicional para poner 4 arriba a su equipo. Dos minutos quedaban. Dos minutos para jugarse la vida en Dallas. De nuevo las buenas defensas de Golden State en los momentos clave, como pasase en el primer partido, dieron su fruto provocando que los dos siguientes ataques de Dallas acabasen en error. Turno para Baron Davis. Resultado, ir a Dallas con un 3-1 favorable.


Dallas. Texas. Ocho y media de la tarde en Estados Unidos. Las dos y media hora peninsular española. Todo el mundo pendientes de los Warriors. Todos, absolutamente todo el mundo quería evitar tener que vérselas con Dallas en las semifinales de conferencia.

Y como volviese a ocurrir en los partidos anteriores, Dallas con un inicio espectacular, ponía un parcial de 11 puntos a favor de los locales. ¿Esta vez podrían mantenerlo? ¿Les pasaría lo mismo? No aflojaron el acelerador ya que eran totalmente conscientes del poder ofensivo que tenía Don Nelson en el equipo. Eran totalmente conscientes. Y decidieron seguir remando para poder ampliar la ventaja, que poco a poco iría aumentando hasta llegar un momento que fuesen 16. Sin embargo, Stephen Jackson y Matt Barnes decidieron tirar del carro para intentar una distancia que en muchos momentos parecía insalvable por la gran solidez que daba Dallas Mavericks. Ni si quiera Baron Davis podía hacer que bajase de esa barrera psicológica de los 10 puntos. Con los Guerreros de Oakland totalmente lanzados al ataque, olvidaron un poco la retaguardia, algo que aprovechó a la perfección tanto Josh Howard como Dirk Nowitzki para abrir otra sangría en el marcador a favor de los que estaban jugando en casa, a favor de Dallas. 21 puntos. 21 tantos separaban a un equipo y a otro, y eso sin haber llegado al descanso aún. Para Dallas era un morir o vivir. Una derrota, y a casa. Y eso querían empezar a remediarlo desde ese mismo instante, porque no había otro.

Entonces es cuando apareció un jugador, que pese a la importancia que había tenido en los 4 partidos antecesores a este, no había destacado de la manera que lo habían hecho sus compañeros. Monta Ellis, para tirar del carro en los momentos finales. La jugada, el playbook, era sencillo. Penetración del de por entonces Sophomore, y doblar la bola al exterior para los triples de Stephen Jackson (que era el más acertado de los Warriors) o a Jason Richardson. Había morir o vivir del triple. Y gracias a eso, a falta de 1 minuto para irnos al tiempo de descanso, pudieron bajar como decía antes esa barrera psicológica de 10 puntos situándoles a 9. Y aún quedaban 24 minutos por disputarse. Había partido señores.

Con Baron Davis en el banquillo casi todo el segundo cuarto del partido, hizo que empezase enchufadísimo la segunda parte. Tan enchufado que un par de canastas suyas nada mas reanudar el encuentro, provocó a Avery Johnson a pedir tiempo muerto porque los Warriors se habían puesto 4 abajo, y les estaban pisando los talones. Hubo una jugada clave unos minutos después de ese tiempo muerto. Rebote de Stephen Jackson que corre la cancha, mala transición defensiva de Dallas Mavericks, que se hunde demasiado dejando a los jugadores exteriores demasiado 'libre de marca'. Bola para Jason Richardson y supongo que el desenlace os lo podéis imaginar, triple, y empate a 67 en el marcador. Dallas Mavericks lo había vuelto a hacer, Dallas había desaprovechado por tercera vez consecutiva en poco más de una semana, esta vez una ventaja superior incluso a los 20 puntos. Dallas a partir de ahí empezó a probar cosas nuevas ante la superioridad exterior de los contrincantes. Una zona 3-2 con 2 contra uno al jugador del balón era lo que probó su entrenador, con igual resultado de las veces anteriores que había probado a poner zona. Sin embargo, no todo iba a ser malo para Dallas ya que su ataque estaba dando frutos, y una renta de 5 puntos a favor. Es lo que tiene tener un buen juego interior, que el porcentaje de anotación va a ser muy alto. No como cuando juegas al triple como los Golden State Warriors, que dependes mucho de cuanto hayas rezado antes de salir al parqué. 3 abajo los Warriors al final de tercer cuarto. Calma. Calma tenga en el American Airlines Arena.

Al principio del último cuarto del partido, Baron Davis empezó de la misma manera, en modo campeón. De hecho hay una jugada vital para el trascurso del partido. Baron Davis con un Coast-To-Coast que acaba en mate de Matt Barnes en la mismísima cara de Devin Harris para poner por delante a Golden State Warriors. Sí, por delante. La imagen de Mark Cuban, con la perilla que llevaba por aquel entonces, hablaba por si sola. Tiempo muerto de Avery Johnson por séptima vez. Todos los jugadores del banquillo de los Warriors abrazándose excepto Matt Barnes que se había hecho daño en la rodilla izquierda después de tremendo salto unos segundo antes. A partir de ahí, no puedo expresar con palabras el intercambio de canastas de todos los tipos entre un equipo y otro, pero siempre sin irse en el marcador ninguno de los dos conjuntos. ¡Y sólo quedaban 6 minutos! Era para volverse loco. ¿Hay dudas de que es la mejor serie de la historia?. Sin embargo Jason Richardson estaba empeñado en querer cambiar eso y quería cambiar rápidamente el devenir del partido. 6 arriba Golden State a falta de 4 minutos y silencio, silencio espectral en el American Airlines Arena. Baron Davis anota otro triple, un triple sobre la bocina de que se acababa la posesión y pone 112-103 en el marcador. 9 arriba. 3:19 para el final. A por la machada los de Avery Johnson.

A partir de ahí, parcial de 15-0 para los de Dallas practicando uno de los mejores juegos vistos y por ver. Un partido que Golden State había tenido en su mano a falta de solamente 3 minutos, acabó siendo unas de las mejores remontadas en la historia aunque esa diferencia únicamente hubiese sido de 9 puntos. Volvemos a Oakland.


Pancartas en el Oracle Arena de 'We're gonna shock the world''. Pancartas bajo el estruendo ensordecedor de los aficionados de los Warriors. Hace apenas dos días estuvieron a 3  minutos de hacer historia y hoy tenían 48 minutos.

Y como no sucediese en ninguno de los otros cinco partidos, en el sexto, los Golden State Warriors empezaron la sexta marcha puesta y con el tanque lleno de gasolina. Parcial de 12 a 3 para empezar el partido, con Andris Biedrins haciendo de las suyas en el interior y Stephen Jackson anotando desde el perímetro. Era el sitio, el lugar, y eran los protagonistas elegidos. Hoy nada podía salir mal. Sin embargo, teníamos un ingrediente en la receta que no sabíamos. Dallas Mavericks se dispuso a jugar como había jugado Golden State los otros 5 partidos, y el comienzo de este también. A intentar meter triples, a anotar todos los triples posibles para ir sumando de 3 en 3. Esto provocó en un visto y no visto que se pusiesen por delante en el marcador, aunque fuese por una renta realmente pequeña. Una renta realmente pequeña que se iba a pulverizar en un abrir y cerrar de ojos después de un triple de Baron Davis, con Devin Harris defediéndole, a falta de dos segundos para el final de reloj de posesión. Uno arriba. Poco iba a cambiar al descanso, donde se iba con la misma renta. Eso sí, la primera parte de Baron Davis, de las mejores que he visto de un solo jugador. 24 minutos restantes. 24 minutos para la gloria.

En la segunda parte, Baron Davis se dedicó a repartir el juego debido a la gran defensa de Dallas sobre él. Eso, y que los cañoneros exteriores que tenía estaban sedientos de balones, y querían unirse a esa fiesta en el Oracle Arena. Stephen Jackson. Andris Biedrins. Jason Richardson. Pero sobretodo, Stephen Jackson. Que se quería unir a la fiesta a base de tiros, acertados, tiros acertados de 3 puntos para poner 12 arriba a los Warriors con todo el tercer cuarto aún por disputarse. Protagonista anticipado, pero protagonista invitado. Hoy iba a ser el gran protagonista. Gritos en la grada vestida, grada teñida de amarillo de ese Oracle Arena que decían: ''It's over baby, iit's over''. It's over, porque Stephen Jackson llevaba en la noche del 3 de Mayo del 2007, un 7 de 7 en triples par un total de 23 puntos. ¿Imparables? De largo. Pocos equipos han jugado tan bien en un partido tan decisivo, y un numero que os sonará de algo. Renta de 21 puntos a falta de 2 minutos y medio para el final del 3º cuarto. ¿Os suena de algo?

Matt Barnes abriendo sus alas para volar, volar alto y acabar machacando el aro. Indescriptibles las imágenes de Saraunas Jasikevicius levantando los brazos y abrazándose con Andris Biedrins porque venían la gloria, veían eliminar a un cabeza de serie en primera ronda tan cerca, que sabía hasta bien. A partir de ahí, con una renta superior a 25 puntos, los jugadores, rodeados de 20000 personas con camisetas amarillas en su memoria, se dieron el gustazo de jugar a su manera, de jugar de una manera tan descarada de poder eliminar a un equipo que venía con aspiraciones de ganar la NBA de forma sobrada y que se iba a encontrar con un rival muy duro, llamados Golden State Warriors del 2007. En los asientos más próximos a la canchas del Oracle, la realización enfocaba a el actor de Hollywood, Will Smith, disfrutando como un auténtico enano.

Los últimos minutos del partido son historia viva del deporte. Historia viva de la NBA. Historia viva de los Golden State Warriors. Baron Davis siendo sustituido a falta de 2 minutos marchándose de la cancha pidiendo el aliento del publico, el tipico 'Make some noise', mientras le choca la mano a todos y cada uno de sus compañeros. Un abrazo a Don Nelson. Los Golden State Warriors acaban de hacer historia.

Sonando de fondo al terminar el partido la mejor canción para el deporte. Rock and Roll Part 2 del mítico Gary Glitter. El Oracle iba a estar. Mis pelos, como escarpias. La piel de gallina. La mejor serie de Playoffs de la historia de la NBA. La primera, única, y esperemos que no última vez que un Seed número 8 se carga a un Seed número 1, en primera ronda de playoff. Por esto y por todos, te quiero, NBA. 


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9 comentarios :

  1. Hay Carlos Carlos, porque eres tan bueno...

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  3. Buen artículo, pero no esta no fue la primera vez que un 8º clasificado eliminaba a un 1º, ya que los Nuggets lo hicieron en 1993 contra los Seattle SuperSonics. Saludos

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    1. Cierto no lo recordaba. Muchas gracías por el apunte.

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  4. Bueno, ha sido un articulazo y me eh quedado sin palabras. Me han entrado ganas de bajarme esa serie para rememorarla. Me ha gustado mucho,

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  5. Muy bueno, pero los Grizzlies tambien fueron el nº8 contra los Spurs (nº1) en primera ronda y les ganaron. Es decir que no ha sido la ultima.

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