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El comienzo de los Playoffs ha servido para confirmar el bajón de los Indiana Pacers, equipo que había conseguido vencer a Miami en la lucha por el primer puesto de la conferencia este con un récord de 56 victorias y 26 derrotas. Con este récord hubieran sido cuartos en la conferencia oeste.
Las sensaciones no son buenas porque los Pacers no son el mismo equipo que al principio de temporada. Hasta hace una semana se podía deducir ese bajón en el juego como resultado de una relajación al ver que se les ponían las cosas de cara, pero ya adentrados en los Playoffs, los momentos más serios de la temporada, donde una serie de errores acaban con tus aspiraciones al título, están fallando. Dos derrotas contra los Atlanta Hawks, equipo que entró en los Playoffs con el peor récord de entre los 16 participantes en la postemporada, una de ellas en Indiana, donde han conseguido gran parte de las victorias de este año, perdiendo el factor cancha y necesitando ganar el 4º partido de la serie para que no se les ponga muy cuesta arriba la eliminatoria y recuperar el factor cancha.

Un más que probable motivo de este bajo rendimiento últimamente por los de Indiana han sido los traspasos realizados a lo largo de febrero, firmando a Andrew Bynum, jugador conocido por no ser precisamente por sus buenas relaciones con compañeros, y la llega de Evan Turner y Lavoy Allen con la consiguiente salida de Danny Granger, uno de los pesos pesados del equipo durante varios años. Esta serie de movimientos ha provocado la destrucción de la química que había en el vestuario y han afectado a la moral de jugadores como Stephenson, que notó un peligro en la llegada de Turner y desde entonces, exceptuando algún que otro partido, ha estado muy errático y más individualista, dando 1,5 asistencias por partido menos desde el 20 de febrero, día en el que se ejecutó el traspaso. De hecho, hace menos de una semana salió a la luz que estos 2 jugadores habían llegado a las manos antes del primer partido de Playoffs que les enfrentaba a los Atlanta Hawks y en el que perdieron 93-101.

Otro motivo es el rumor que recorre todo Estados Unidos en el que se comenta la mala relación entre jugadores exteriores e interiores, quejándose los jugadores de pintura de no recibir todos los balones en el poste que desearían recibir, cansados de que gran parte de los tiros sean de jugadores exteriores. También se comenta la falta de comunicación entre Paul George y Roy Hibbert, las 2 estrellas del equipo sin duda alguna, los cuales no se hablan debido a problemas personales relacionados con haber mantenido relaciones sexuales con la misma mujer. A todos estos problemas hay que añadirle la anteriormente comentada pelea entre Stephenson y Turner.

Uno de los grandes problemas que han originado la bajada de rendimiento de los de Indianapolis es el pívot jamaicano Roy Hibbert. Al comenzar la temporada todo el mundo esperaba grandes cosas de él, un jugador con un físico privilegiado, el ideal para dominar en la pintura y que el año pasado ya nos había mostrado de qué era capaz el jugador de 2,18 metros. Finalmente no ha cumplido con las expectativas y, pese a un buen comienzo de temporada en el que hasta el All Star Game promedió 12 pts, 7,7 reb, 2,5 tap por partido y anotando un 46% de sus tiros intentados, desde ese 16 de febrero ha promediado 9 pts, 4,7 reb, 1,8 tap y sólamente anotando el 39% de sus tiros intentados, la mayoría en la pintura. Probablemente, al igual que Stephenson, notó la desconfianza del equipo en él al firmar a Andrew Bynum y, pese a que éste sólo ha jugado 2 partidos, sus números han descendido desde la llegada del pívot, anotando 3 puntos menos y cogiendo 2 rebotes menos por partido desde el 1 de febrero, día en el que los Pacers firmaron a Bynum.




Pero pese a esto el bajón no ha sido solamente individual, sino colectivo, ningún jugador, a excepción de Paul George, al que únicamente se le puede achacar haber tirado más y peor desde el All-Star obteniendo un 39% en tiros de campo desde el Partido de las Estrellas, ha sabido dar la talla y hacer olvidar los problemas tanto dentro como fuera de la pista que afectaban a los de Indiana. Los números están ahí y no mienten, tras un gran inicio de temporada los Pacers se postulaban como máximos candidatos a ganar el anillo ganando 40 partidos y perdiendo solamente 12 hasta el All-Star. Después del All-Star surgieron todos los problemas anteriormente comentados como la llegada de gente nueva o problemas dentro del vestuario, por lo que se consiguió un pobre récord de 16 victorias y 14 derrotas después del All-Star. Cabe remarcar que en esas 14 derrotas se perdió por una media de 14 puntos de desventaja, una barbaridad para uno de los equipos más sólidos en defensa y uno de los máximos aspirantes al título que, con el paso del tiempo y de las derrotas, ven como se van esfumando sus posibilidades de convertirse en el mejor equipo de la NBA.


Hoy tendremos de nuevo otra oportunidad para ver si resucitan los Pacers, en especial Roy Hibbert, en el 4º partido de la serie que los enfrenta a los Hawks de Atlanta, a las 20:00 hora española.

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Acerca de... Jaime Dávila

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