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Se vienen días muy duros para toda la parroquia céltica. Tras el fracaso de la última temporada, Danny Ainge ha decidido acabar con la era del Big Three, que tan felices ha hecho a los célticos durante estos casi 6 años, y comenzar un nuevo proyecto de reconstrucción. Decisión que, para mí, es correcta, pero complicada de digerir para muchos célticos.

Viendo como acaba esta era dorada, que ha dado un anillo, unas Finales de la NBA, y otras Finales de Conferencia a los Celtics, creo que es buen momento para viajar en el tiempo, de vuelta a 2007...y recordar como empezó todo con aquella gloriosa temporada 2007/08.

Mayo de 2007. Boston acaba la temporada con un pobre registro de 24-58, y el Draft no sonríe y cae el quinto puesto, lo que elimina toda opción de seleccionar a Greg Oden o Kevin Durant. El 28 de Junio, durante la noche del Draft, Boston selecciona con ese pick #5 a Jeff Green...pero no estaría mucho en Boston. Minutos más tarde, él, Delonte West y Wally Szczerbiak marchaban rumbo a Seattle. A cambio, llegaba el hasta entonces 7 veces All-Star Ray Allen, y Glen Davis, el pick 35.



Pero lo bueno estaba por llegar. El 31 de Julio, se producía el mayor traspaso de la historia por un sólo jugador: Kevin Garnett. Por KG, los Celtics se deshicieron de gran parte de ese equipo que tan pésimos resultados había dado: Al Jefferson, Theo Ratliff, Ryan Gomes, Sebastian Telfair y Gerald Green.



Con ese trade, los Celtics tenían un quinteto competitivo, con el joven Rajon Rondo, que apuntaba maneras ya por entonces, dirigiendo la nave. Tres All-Stars como Ray Allen, Paul Pierce y Kevin Garnett, y el defensivo Kendrick Perkins jugando de pívot. Pero faltaban jugadores de banquillo, y Ainge se ocupó de conseguir a los mejores. Veteranos de élite como PJ Brown o Sam Cassell, que llegaría más tarde, en Marzo, harían olvidar la negativa de Reggie Miller, a quien Danny Ainge había intentado convencer. Jugadores que a la postre serían muy importantes en los momentos clave, como James Posey o Eddie House, unidos a los que ya estaban: Leon Powe, Tony Allen. Boston tenía grandes jugadores, pero...¿tenían un equipo?

Ahí es donde entra el trabajo de Doc Rivers, del que se habla mucho menos de lo que se debería. Doc logró juntar a esos jugadores y formar un gran bloque, un conjunto, casi una hermandad. Todos eran útiles, todos eran necesarios. Pierce, Garnett y Allen estaban acostumbrados a ser el alma de sus equipos, pero en Boston podrían reducir sus competencias, es la ventaja de tener dos All-Stars y a todo un equipo detrás, y descansar, algo que empezaba a ser necesario dada su edad.



Con todo esto, con mucha ilusión, y algunos aún asombrados por los movimientos de Ainge, arrancaba la temporada y parecía que sí, que Boston volvía la élite y por la puerta grande. Un inicio de liga apabullante, logrando 29 victorias en 32 partidos, y las nuevas estrellas acopladas desde el primer momento. Garnett anotó 22 puntos y capturó 20 rebotes en el primer partido, Ray Allen consiguió 33 puntos en el segundo. Los Celtics avanzaban como una apisonadora, y así siguieron durante el resto de temporada regular, acabando con un registro de 66-16, el segundo mejor de la historia, a sólo una victoria del 67-15 del 86. Aquel año, 1986, había llegado el último anillo de los Celtics. ¿Lograría el nuevo Big Three poner fin a la sequía?

Llegados los Play-Offs, Boston mostró ciertas dudas. El primer rival era Atlanta, y en los partidos de casa se ganaba de forma holgada, en todos por 19 o más puntos. Sin embargo, los Celtics fueron incapaces de ganar en Atlanta, lo que forzó un Game 7, el primero de esta generación. Boston calló todas las críticas ganando por 34 puntos, y pasando una ronda de Play-Offs tras 5 años. Kevin Garnett fue el mejor jugador de esta serie.



Algo similar pasó en semifinales de Conferencia, ante Cleveland. Boston ganó de forma holgada los dos primeros partidos, "secando" a LeBron James, pero esa defensa asfixiante parecía cesar al salir de Massachussets, dando la opción a Cleveland de forzar un nuevo Game 7. Ahí apareció un soberbio Paul Pierce, anotando 41 puntos, y LeBron James no pudo hacerlo todo sólo. Anotó 45 puntos, pero Boston ganó y pasó a las Finales de Conferencia.



Boston generaba dudas. Un equipo que optaba a ganar la NBA mostraba dos caras: La de Boston y la de fuera. En casa, una apisonadora, 8 partidos, 8 victorias, pero fuera esa apisonadora desaparecía. 6 derrotas en 6 partidos. Hasta el momento, daba la sensación de que Boston se había salvado de equipos muy inferiores sólo gracias al factor cancha. ¿Les serviría contra los rivales más fuertes?
Pues ese planteamiento de asegurar victorias en casa y tomárselo con más calma fuera no funcionó ante Detroit, que ganó el Game 2 en Boston. Primer reto, obligados a ganar fuera para recuperar el factor cancha, y primera respuesta, en el Game 3. Boston volvería a asaltar Detroit en el Game 6 y a ganar 4-2. 21 años después, los Boston Celtics volverían a unas finales de la NBA. La final soñada, de vuelta a los 80. Boston Celtics vs  Los Angeles Lakers.



Bird, McHale y Parish llevaban mucho tiempo retirados, pero había otro Big Three en Boston, el formado por Pierce, Garnett y Allen. En los Lakers ya no estaba Magic Johnson, tampoco Kareem-Abdul Jabbar, pero sí Kobe Bryant, en busca de su cuarto anillo, acompañado por Pau Gasol, Derek Fisher o Lamar Odom entre otros.



Game 1: Boston ganaba de nuevo en unas Finales, por 98-88. Garnett fue el mejor, con 24 puntos y 13 rebotes, pero fue clave Paul Pierce. En el tercer cuarto se desplomó y fue retirado en silla de ruedas, parecía algo muy grave. Pero nada ni nadie puede con el corazón de The Truth, que volvió a pista minutos después y anotó dos triplazos para asegurar la victoria.

Game 2: Segunda victoria para Boston, por 109-102, sufriendo mucho más de lo previsto, ya que Boston ganaba de forma clara hasta que los Lakers apretaron y estuvieron cerca de remontar. Leon Powe fue el factor sorpresa, anotando 21 puntos en 15 minutos. La cosa pintaba bien para ir a Los Angeles.

Game 3: Los Lakers ganaban su primer partido por 87-81, una mala actuación del Big Three de Boston y los 36 puntos de Kobe Bryant les sirvieron a los de Phil Jackson para ponerse 2-1.

Game 4: Sin duda el mejor de las Finales. Boston dejó medio muertos a los Lakers tras remontar 24 puntos de desventaja y ganar por 91-97. Una fantástica segunda mitad en la que Eddie House, Posey, Pierce, Garnett y Allen aparecieron para dejar a Boston a un pasito del anillo.



Game 5: Los Lakers, heridos en su orgullo, al menos se aseguraron llegar vivos a Boston, logrando el 3-2, pese a los 38 puntos y 8 asistencias de Pierce.

Game 6: 17 de Junio. 22 años después, Boston volvía a ser una fiesta. Los Celtics ganaban su decimoséptimo anillo y lo hacían aniquilando a los Lakers, por 131-92. El capitán, Pierce se llevaba el MVP de las Finales



Así fue como unos Celtics destrozados pasaron en sólo 12 meses a ganar el anillo. Se viene un período de reconstrucción, volvemos a acordarnos de 2007. Pero también es un período de ilusión, y siempre con estos Celtics gloriosos en el recuerdo. Toca pasar un bache, pero estoy convencido de que, tarde o temprano, los Celtics volverán con fuerza. 








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