La llegada de "Etiqueta Negra" Wallace, como solía llamarlo el gran Andrés Montés, dio un plus al equipo que se tradució en un récord final de 54 victorias y 28 derrotas que sirvió para terminar terceros de la conferencia este.
De esta manera el equipo encaraba la primera ronda de playoffs ante los Milwaukee Bucks de Michael Redd. Los Pistons, a pesar de perder un partido en casa, se deshicieron con facilidad de los de Wisconsin y ganaron la serie por 4 a 1.
La primera prueba de fuego llegaría en semifinales de conferencia donde se medirían a los New Jersey Nets de Jason Kidd finalistas de la NBA las dos campañas anteriores. Tras haber ganado ambos conjuntos sus respectivos compromisos en casa, los Nets ganaban en el Palace of Auburn Hills de Detroit después de tres prorrogas y ponían al equipo de la ciudad del motor contra las cuerdas, pero los Pistons gracias a grandes actuaciones de Richard Hamilton y Chauncey Billups lograron vencer los dos últimos partidos de la serie y clasificarse para las finales de la conferencia este, tomándose así la revancha de las pasadas finales del este donde New Jersey Nets les barrieron por un contundente 4-0.
En las finales de conferencia se toparían con los Indiana Pacers, donde por aquel entonces jugaban Reggie Miller, Ron Artest o Jermaine O´Neal entre otros y con los que meses más tarde protagonizarían una de las escenas más vergonzosas del deporte americano en la pelea entre ambos equipos y aficionados en el Palace de Auburn Hills. De nuevo fue una eliminatoria donde primó la defensa sobre el ataque (la máxima anotación de un equipo en la serie fueron los 85 puntos que consiguieron los de Michigan en el tercer partido). Detroit se impuso por 4-2 y consiguieron el pase a las finales de la NBA por primera vez desde que en 1990 los Bad Boys de Isiah Thomas lo lograron ( con título incluido) por última vez.
Y en las finales esperaban los todopoderosos Lakers, campeones en 2000, 2001 y 2002 y que contaban en sus filas con un elenco de estrellas formado por Shaquille O´Neal, Kobe Bryant, Gary Payton y Karl Malone. Los angelinos eran los grandes favoritos para alzarse con el campeonato pero los "New Bad Boys" impartieron una lección magistral de defensa y juego en equipo que a la postre le dio a Detroit su tercer campeonato de la NBA. El núcleo formado por Chauncey Billups, Richard Hamilton, Thayshaun Prince, Rasheed Wallace y Ben Wallace y entrenado por Larry Brown dio así una de las mayores sorpresas de a historia de las finales y derrocó el proyecto angelino y puso fin a una era en la franquicia californiana. Chauncey Billups consiguió ser el MVP de las finales merced a su gran actuación en los 5 partidos que tuvo la serie.
Los Pistons lograron participar en unas finales de la NBA y en tres finales de la conferencia en los años venideros al título y se ganaron el derecho a ser reconocidos como uno de los mejores equipos de la primera década del sigo XXI, su asfixiante defensa y su juego coral siempre serán recordados. Si algo nos enseñó este equipo es que no se necesita una super estrella para obtener el anillo de campeón, nos enseñó que el equipo está por encima de todo.
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